Ataques a la memoria

15-05-2020| En las últimas semanas ocurrieron ataques contra sitios señalizados y expresiones de homenaje popular a las víctimas del terrorismo de Estado. Las sombras del negacionismo, los dos demonios y la impunidad salen en medio de las noches del aislamiento social, preventivo y obligatorio a patotear la memoria.

Organismos y áreas estatales de derechos humanos denunciaron, públicamente y ante la Justicia Federal, destrozos y ataques en la Ciudad de Buenos Aires y en Santa Fe.

Militantes y familiares informaron a través de redes sociales que las baldosas colocadas en memoria de estudiantes del Colegios Normal 7 de CABA fueron cubiertas de brea. Esas marcas fueron colocadas en homenaje a las estudiantes, detenidas desaparecidas Liliana Aimetta, Dora Falco, Silvia Gallina, Teresa Israel, María Delia Leiva, Mónica Teszkiewicz y Susana Silver. Significativamente, esto ocurrió el mismo jueves que la derecha promovió un cacerolazo “contra el comunismo”. En la misma ciudad, los murales por la memoria, la verdad y la justicia del colegio Normal 8, del Comercial 25 y del Centro Cultural La casa de Teresa también fueron atacados. Inscripciones reivindicativas del genocida Jorge Rafael Videla pueden verse sobre las obras.

En Santa Fe, el predio del Ejército denominado Campo San Pedro, donde funcionó un centro clandestino de detención, sufrió destrozos por parte de manos anónimas. Ese lugar es un Sitio de Memoria señalizado bajo ley nacional 26691 y por lo tanto bajo preservación para la verdad y por la justicia. Familiares de detenidos desaparecidos de esa provincia junto a la Secretaría de Derechos Humanos local hicieron público el hecho y presentaron denuncia ante la Fiscalía del Tribunal Oral Federal. También denunciaron el robo de sus materiales y la sustracción de las rejas de la casa principal. En este lugar fue hallada una fosa clandestina en la que se recuperaron los restos de 8 militantes detenidos desaparecidos en 1977.

Desde el Espacio para la Memoria y los Derechos Humanos exD2 repudiamos enérgicamente estos actos y esperamos que se tomen todas las medidas posibles tanto para dar con los culpables como para la protección y restitución de estos lugares.

¡Hasta la victoria siempre, compañero Hugo!

17-12-19| Desde el Espacio para la Memoria y los Derechos Humanos ex-D2, despedimos con tristeza al compañero Hugo Riera, ex preso político, sobreviviente del terrorismo de Estado en San Rafael, histórico militante del peronismo.

Hugo fue secuestrado durante la última dictadura cívico militar (1976-1983), al igual que su compañera de vida y militancia -María Esther Dauverné-, su suegro y su cuñado. Ocurrió el 12 de abril de 1976 en San Rafael. Tenía 32 años, trabajaba en Malargüe en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CONEA) -en la mina de uranio “Huemul”- y era secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).

Los represores llevaron a Hugo al centro clandestino de detención (CCD) que funcionó en el Correo, luego estuvo doce días secuestrado en Infantería de la Policía y siete meses en los calabozos de la sede del Poder Judicial de San Rafael, activo CCD conocido como “La Departamental”. Allí se desplegó el terror frente a las oficinas de jueces y fiscales, quienes mantuvieron su actividad cotidiana sin más, mientras el terrorismo de Estado ejecutaba el plan de exterminio. Fue liberado desde otro CCD: Bodegas Garbín.

Prestó testimonio en varias ocasiones y aportó así a la reconstrucción de la historia reciente y de la memoria de sus compañeros y compañeras. Participaba del movimiento de derechos humanos a partir del colectivo de ex presos y presas políticas del sur mendocino.

En aquellos años previos y de comienzos de la dictadura, Hugo Adelmo Riera fue militante la Juventud Peronista (presidente de la organización en Malargüe). Ya pasados sus 75 años sostenía su ideario y participó con alegría y orgullo en las campañas electorales de este 2019.

Desde el EPM ex-D2 despedimos a Hugo y abrazamos muy fuerte a su compañera Esther y toda su familia.

¡Hasta la victoria siempre, compañero Hugo!