El EPM colocará seis baldosas por la memoria

29-04-2022 | Con motivo del Día Internacional de las Trabajadoras y los Trabajadores, el EPM ex-D2 agregará seis baldosas por la memoria en su explanada. Será el lunes 2 de mayo a las 18:00 en la explanada del ex centro clandestino.

El Espacio para la Memoria y los Derechos Humanos ex-D2 colocará seis baldosas por la memoria en el marco del Primero de Mayo. En el Día Internacional de las Trabajadoras y los Trabajadores, estas nuevas baldosas recuerdan distintos sectores laborales que entregaron su vida en la lucha por la defensa de la clase obrera y la liberación nacional.

Con estos seis nombres se busca rendir homenaje al conjunto de las trabajadoras y trabajadores desaparecidos. También a todas las personas que, en la actualidad, siguen enfrentando a las patronales a fin de mejorar las condiciones de empleo de los y las asalariadas y se empeñan en el bienestar de la clase trabajadora.

El proyecto Baldosas por la memoria se propone sembrar un mar de memoria en la explanada del EPM. La baldosa inaugural fue colocada en septiembre de 2020, en el quinto aniversario del Espacio y las primeras diez se inauguraron en diciembre de ese año. Luego el proyecto fue creciendo y las últimas se colocaron en la vigilia del Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia de 2022.

A quiénes se rinde homenaje en estas Baldosas por la memoria

José Benedito Ortiz

“Benecdito Ortiz”, como se lo suele llamar, era un lasherino que nació el 7 de mayo 1928.  Cursó la primaria en la Escuela de El Resguardo, en su departamento natal.

Benedito Ortiz se casó con Blanca Villegas y tuvieron un hijo y una hija: Raúl y Ana. Cuenta su nieto Alexis, que “nació en la calle, en una carretela cuando su mamá iba al hospital en aquellos entonces. Y murió en la calle” en la represión del 30 de marzo de 1982. “O sea: nació y murió en la calle”.

También relata que Benedito no finalizó la primaria porque debió trabajar tempranamente para ayudar a su madre y hermano. Primero se desempeñó en el almacén-corralón “Salvador Fachielo” de Panquehua, luego en el almacén Montalto en Uspallata y, finalmente, como ayudante químico en la primera fábrica Minetti. Allí se desarrolló como militante peronista y sindical. Fue delegado elegido por sus compañeros, se destacó en su acción y compromiso y llegó a ser secretario gremial de la Comisión Directiva de la Asociación de Obreros Mineros Argentina (AOMA).

En plena dictadura militar, el 30 de marzo de 1982, el movimiento obrero liderado por Saúl Ubaldini, bajo el lema “Pan, paz y trabajo”, convocó a una manifestación en Plaza de Mayo a la que asistieron decenas de miles de manifestantes. El imponente despliegue por “Luche y se van” se replicó en varias ciudades del interior del país y fue brutalmente reprimido. Benedito Ortiz fue uno de los dirigentes que, junto a cientos de trabajadores y trabajadoras, marcharon en Mendoza en la que fue una fecha bisagra: se alzaron las voces de a miles coreando con firmeza “se va acabar, se va a acabar, la dictadura militar”

En Mendoza, la CGT local liderada por Mario Zafora convocó a la marcha hacia la Casa de Gobierno para entregar un petitorio al gobernador. En las inmediaciones del Parque Cívico, la manifestación fue recibida con una brutal represión que produjo varios heridos, entre ellos Benedito Ortiz, alcanzado por las balas en Mitre y Pedro Molina. Fue internado en el Hospital Central y murió tres días después.

Tenía 53 años.

Luis Granizo

Luis Alberto Granizo nació en Mendoza el 30 de septiembre de 1945. Hijo de Juan Isaac Granizo, trabajador de YPF, e Isabel López, dedicada a las tareas de cuidado y del hogar. Provenía de una familia numerosa: era el octavo de once hermanos. Tempranamente comenzó a trabajar.

Cursó la primaria en la escuela Caseros de Godoy Cruz y no hizo la secundaria, ya que desde muy joven empezó a desempeñarse como mozo en distintos restaurantes y bares. Poco antes de su secuestro oficiaba de mozo en el Hotel Mendoza y era concesionario del comedor del Hotel Derby.

Granizo era soltero y vivía solo. Creció en una familia peronista y tuvo una activa participación sindical en su sector. Llegó a ser secretario de Actas del Sindicato Gastronómico en 1974, cargo que ocupaba al momento de su secuestro.

Su hermana Graciela y su hermano Juan Carlos lo recuerdan como una excelente persona con la que todos tenían una muy buena relación, “una persona especial”, recalca Juan Carlos. Además, era “muy buen mozo” comenta Graciela. Respecto de su militancia sindical su hermana señala que “participaba en el gremio porque quería ayudar al obrero… Él no defendía a la patronal, defendía al obrero”.

La mañana del 10 de noviembre de 1975, Luis fue detenido presumiblemente por la Policía Federal cuando caminaba, con dinero, acompañado por un tal “Funes”. Varios días después, el 28 de noviembre de 1975, su cuerpo sin vida fue hallado a unos 300 metros de Campo Las Lajas con disparos en la cabeza e irreconocible.

Tenía 30 años

Ángeles Gutiérrez de Moyano

Angelita, como solían llamarla, nació en Mendoza el 19 de marzo de 1917 y cursó primaria y secundaria en el Colegio San Pedro Nolasco de Ciudad. Se recibió de maestra y tomó variados cargos docentes. Como directora de la escuela Carlos Ponce de Videla hizo una destacada tarea social para la comunidad boliviana. Además, se desempeñó como Directora de Enseñanza Media durante la gobernación del peronista camporista Alberto Martínez Baca.

Era casada, tenía una hija y un hijo, y era católica practicante de “confesión semanal”. Según su hija, Stella, solía colaborar con las mercedarias del Buen Pastor como parte de sus tareas sociales. Tuvo el infortunio de elegir como confesor al presbítero Antonio Portero quien, en época de la dictadura cívico militar, fue capellán de la Fuerza Aérea.

Se inició en gestión gremial en el Sindicato del Magisterio y luego fue reelegida permanentemente hasta fines de los 60. Participó de la Comisión Docente de Asuntos Educativos de la CGT de los Argentinos y posteriormente intervino, en 1973, en la creación de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina, más conocida por su sigla: CTERA.

Era pública su adhesión al peronismo. En la última etapa de su vida formó parte del Partido Auténtico, organización política conducida por Martínez Baca que fue perseguida desde su creación. Era una asidua visitante de las y los presos políticos alojados en la Penitenciaría de Mendoza desde el año 1974.

En la noche del 20 de junio de 1977, fue secuestrada en su andar por avenida España, en el camino de regreso a su casa después de cerrar su florería. Personas que se encontraban en el cabaret Tiffanys presenciaron y denunciaron el secuestro al día siguiente, sin ningún resultado.

Quienes la conocieron coinciden en destacar su solidaridad y compromiso, la describieron como “una mujer muy hermosa, de brillante oratoria, que vestía un poncho pampa en los actos”.

Angelita tenía 60 años.

José Vila Bustos

Apodado “el Pepe”, nació el 1 de septiembre de 1949 en Mendoza y vivía en San José, Guaymallén. Se inició en tareas sociales en la parroquia de su barrio. Cursaba la carrera de Servicio Social y en el ingreso a esos estudios, al contestar sobre su autobiografía, escribió: “Siempre he pretendido que mi vida esté al servicio de los demás, tanto material como espiritual”.

Trabajaba y era delegado de la sección Cajas de Ahorro del Banco Mendoza y se sumó al trascendente proceso de democratización de la actividad sindical emprendida por ese sector laboral. Fue militante del PRT-ERP.

Aunque era soltero, sus compañeros lo recuerdan como “familiero muy alegre y comprometido”. No pasaba desapercibido donde estuviera: “Tenía una voz muy fuerte”, afirman.

Fue secuestrado en su lugar de trabajo mientras su casa era allanada. En la reconstrucción de los hechos se estableció que en el procedimiento en su domicilio intervino un agente de apellido Nievas y también Pedro Sánchez Camargo, jefe del Departamento 2 de informaciones de la Policía de Mendoza (D2).

Tenía 26 años.

Amalia Echegoyen de Pacheco

Amalia Echegoyen, cuyo seudónimo era Cristina, nació en Mendoza el 20 de noviembre de 1952.

No hay muchos datos sobre su trayectoria de vida. La información disponible es que estaba casada con Hugo Pacheco. Tenían un hijo y vivían en el barrio Márquez de Sobremonte, Córdoba, al momento de su desaparición. También se conoce que trababa en el Frigorífico Mediterráneo, hoy llamado “Estancias del Sur”, y era militante del PRT-ERP. 

Fue secuestrada en su domicilio, junto a su esposo. Fueron víctimas de un operativo que sumó otros seis empleados del mismo frigorífico. La pareja fue vista en el campo en el centro clandestino de detención, torturas y exterminio La Perla de aquella ciudad.

Tenía 23 años

Hugo Pacheco

Felipe es el seudónimo que utilizó Hugo Pacheco en su militancia. Nació en Godoy Cruz, el 28 de marzo de 1953.

Al igual que en el caso de su esposa, Amalia Stella Echegoyen, no se dispone de muchos datos sobre su trayectoria de vida. La pareja tenía un hijo y, para la época en que sufrieron el secuestro, vivían en Córdoba, en Sobremonte.

Los registros de su secuestro dan cuenta que era Técnico Químico o Petroquímico y militante del PRT-ERP. Fue detenido y desaparecido por el Ejército.

Tuvo como primer destino el centro clandestino de detención, torturas y exterminio “La Perla”. Se sabe que luego fue trasladado de Córdoba a Mendoza. Coinciden en esta versión la declaración testimonial de Teresa Meschiatti en la Megacausa La Perla y los dichos del entonces jefe del D2, Pedro Sánchez Camargo, quien en 1986 declaró ante el juez federal que Hugo Pacheco estuvo detenido en los calabozos del D2.

Carmen Difonzo de Pacheco, mamá de Hugo, fue una de las Madres de la Plaza de Mayo de Mendoza.

Hugo cumplió 23 años el mismo día de su secuestro.